alguna vez todos jugamos a dos puntas.
en algùn momento tratamos de mantener
dos lazos que jamàs quisimos soltar,
pero que sabìamos que tarde o temprano,
uno mismo iba a terminar perdiendo.
porque la mentira tiene patas cortas,
a la larga, todo se sabe.. y duele.
ambas partes piden un poco de vos,
y a veces sentìs que ya no tenès màs para dar..
por què se siente eso?.. es simple:
TE ESTÀS DIVIDIENDO EN DOS PARTES.
claro, mientras estàs jugando, te sentìs bien..
obviamente, pensas que todo va a salir perfecto.
pero, y si se arruina? y si la embarras màs todavìa?
listo, ahì la culpa te golpea la puerta, te toca el timbre..
o directamente, te tira la puerta abajo.. y llega a vos.
exactamente en ese momento,
es cuando te das cuenta que fuiste muy lejos con esto,
que hay mentiras que terminan siendo insostenibles..
porque son de esas que cuando te las descubren, la cara te delata.
y eso es algo que te queda marcado para siempre..
lo feo que se siente mentirle a alguien que confiaba en vos,
lo mierda que te hace sentir esa persona
cuando te dice que te descubriò.
esa marca que te deja, sirve de experiencia para un futuro.
para què? para darte una vuelta por tu pasado,
y recordar eso que viviste hace un tiempo atràs;
y saber con certeza que nunca màs querès pasar por algo asì.
màs de una persona elige seguir por el camino del engaño.. del juego sucio.
por mi parte, yo prefiero una verdad que duela, antes que una mentira.
No hay comentarios:
Publicar un comentario