viernes, 4 de septiembre de 2015

♥-

No sé qué sería de mí sin Liam, posta.
Si tuviera que retroceder el tiempo atrás,
no dudaría ni un segundo
en volver a tenerlo.
A él, solo a él.
Así como es.
Porque no hay otro igual.
Porque amo hasta sus imperfecciones.
No hay vida sin él..
yo no existiría directamente
sin su llegada.
Me hubiera borrado hace tiempo.
Y creo que este blog bien lo sabe.
Acá escribí mis peores pensamientos,
cuando peor me sentí..
cuando no encontraba el camino,
cuando huir tampoco me servía.
Hasta que él llegó.
Llegó y se aclaró todo.
Llegó y supe mi misión en el mundo:
nací para esperarlo a él.
Nací para estar cerca suyo.
Nací para ser su mamá.
A pesar de todo,
de haber sido muy pendeja,
de haber quemado etapas,
de seguir siendo inmadura..
cambié salidas/recitales/viajes/vacaciones
sólo por tenerlo a mi lado.
Cambié mañanas en las que me despertaba
en casas que ni conocía,
con gente que tampoco conocía;
por amanecer con un abrazo suyo,
o con él durmiendo arriba mío.
Cambié noches en las que terminaba en cualquiera,
por noches de cama, dibujitos o pelis y mimos.
Si supieran lo que me está costando
no verlo a la mañana..
no poder acariciarle la carita
para despertarlo,
no hacerle la leche,
no llevarlo al jardín.
Pero sé que no puedo estancarme.
Es tan contradictorio todo.
Me siento mal por no estar en sus mañanas.
Y me siento mal también
si no hago algo por mí,
por mi futuro.. que también es el suyo.
En fin.. ni sé por qué cuento esto.
No soy de escribir cosas así,
sobre él.
Cada vez que lo hago,
me agarra un nudo en la garganta y lloro.
Como ahora.

No hay comentarios: